Así que, pensando en la seguridad, este año me he decidido a calzar el coche con unas ruedas de invierno, las llamadas de contacto. En mi caso, se trata de unas Michelin Pilot Alpin. Veremos cómo responden, pero de entrada, la información que tengo me hace ser optimista.

Son neumáticos más blandos que los de verano, con muchas laminillas que hacen de efecto ventosa. En mojado frenan mucho mejor. Y legalmente son equivalentes a montar cadenas, por lo que no hará falta llevarlas encima, además de que son mucho más efectivos en nieve que éstas. Inconvenientes: si los llevas en verano, se gastan más rápido y, en teoría, son algo más caros que los convencionales. Se distinguen por llevar las siglas M+S (Mud + Snow).
Video de un Opel Corsa subiendo a San Isidro con la carretera nevada con ruedas de invierno:
No es suficiente circular con un 4x4 para ir seguro en nieve. De hecho, cuando hace frío y nieva, son este tipo de vehículos los que se ven en las cunetas con mayor frecuencia, a veces incluso volcados, ya que la sensación de agarre hace que se pise el acelerador con mayor alegría. Y cuando patina, patina.
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