No obstante, aunque no sea tan extremo como podías pensar en un principio, esquiar en esta nieve, siempre abriendo traza, con la nieve golpeándote la cara, es una experiencia única. Por no hablar del esquí entre árboles, que se practica a menudo y proporciona grandes sensaciones.
Un aspecto que condiciona un poco el esquí es la seguridad. Aunque estemos en plena montaña, la sensación de que está todo controlado es total. Y a la mínima que aparecen problemas, al logde. Si el nivel es bajo, nada de fuertes pendientes, que es lo que suele pasar. Si lo que buscas es esquí muy radical y fuertes pendientes, te has equivocado de sitio.
Ésta sería una bajada típica:
La nieve es brutal, el personal es muy atento, el escenario es incomparable y al estar colgado en la montaña, la desconexión es total (en Gothics no hay ni cobertura de móvil). Sólo hay un pero, y es que cuando lo pruebas te das cuenta de que tendrás que repetir. Y no es fácil.
Si volviera a ir, quizás me decantaría por uno de los lodges más "cañeros", como Monashees. Y entrenaría más, ya que aunque técnicamente no es muy exigente, sí lo es a nivel físico, ya que los días son largos y si todo va bien, se bajan muchos metros, por lo que al cabo de los días, el cansancio empieza a salir.
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