
Este año, que con una Semana Santa a finales de abril, la temporada prometía ser muuuuuuuy larga, va y nos viene este calor infernal. Y lo peor es que no parece que tenga ganas de irse.
Con este panorama, no sé si podremos aguantar hasta el final, pero lo que está claro es que lo intentaremos.
Y pensar que el 4 de abril de hace ahora dos años, en Masella estaba cayendo una buena:
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